Mantén el aliento siempre fresco, cepillándose los dientes después de cada comida, al levantarse y antes de dormir. Para controlar el aliento también es recomendable usar hilo dental y limpiarse la lengua antes y después de cepillarse los dientes. Otra forma de mantener un buen aliento es tener a mano un dulce de menta, refrescante bucal o semillas de cardamomo. Si tus dientes están amarillos o manchados por causas extrínsecas del café, té y otras infusiones, usa pastas dentales con blanqueadores (las puedes encontrar en farmacias) o consulta al dentista para un tratamiento de blanqueamiento dental para tener una sonrisa mucho más atractiva. Si el mal aliento persiste, probablemente padeces de halitosis y lo mejor será buscar ayuda médica ya que este puede estar relacionado con enfermedades de los pulmones, del aparato digestivo, la nariz o la garganta.
Por: Carlos Gieseke
Ilustración: Junior Prof´s Blog
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