Mar 20, 2011

Respiración, conciencia y vida.


El ritmo cotidiano nos empuja a diversas turbulencias naturales en los pensamientos. La velocidad de la tecnología y del mundo actual acelera nuestros propios ritmos, tanto físicos como mentales; olvidando muchas veces algo tan vital como la respiración.

La respiración yôgi debe ser conciente, profunda y silenciosa; partiendo del término conciente nos percatamos de esta energía como aliento de vida y dinámica del cosmos.

Los antiguos yôgis descubrieron que el secreto de la conciencia cósmica esta íntimamente ligada al dominio de la respiración. Neutralizando las corrientes de prána logramos controlar la mente sensoria y el intelecto y conocer como una experiencia personal nuestra propia Esencia.

Los ejercicios, casi siempre respiratorios, que conducen a la intensificación o expansión del prána en el organismo se denominan en el Yôga, pránáyámas.
A continuación les comparto un bello poema escrito por Maestro DeRose respecto al pránáyáma, que se encuentra en el libro Yôga Avanzado (p. 147).




Pránáyáma


Prána, la energía vital
penetra en nuestro cuerpo
por los laberintos respiratorios.
Lleva la bencidición de la vida hasta nuestro pecho
y de él, hacia todo nuestro ser,
físico y sutil.

Prána, la energía biológica
sin la cual ninguna forma de vida
animal o vegetal sería posible.

Prána, que trae la cura
y la regeneración celular.
Para vivir, todos los seres necesitan respirar.
Respirando, incrementamos vitalidad,
revitalización, reconstitución de los tejidos,
insuflándoles la propia vida.

Controlando los ritmos respiratorios,
dominamos nuestras emociones y acciones.
Alterando los niveles de profundidad de la respiración,
conquistamos nuevos estados de conciencia.
Interfiriendo voluntariamente en el acto respiratorio
cruzamos la frontera entre lo conciente
y lo inconciente.

¡Eso es pránáyáma!

Mar 13, 2011

Dos gigantes en Guatemala


Muchos eran los pensamientos y las ideas antes de decidir como redactar un artículo sobre el 3er Encuentro Internacional "Bienvenido Yôga" que acabamos de tener en nuestra ciudad.

La visita de dos gigantes en nuestra tierra, Yael Barcesat y Edgardo Caramella, vinieron a enriquecer a nuestra Escuela SwáSthya Guatemala y a nosotros mismos como encargados de este proceso. ¿De qué forma poder encerrar una experiencia maravillosa en palabras?...todas estas inquietudes rondaban aún en mi mente cuando apareció el siguiente artículo que de forma magistral expresa perfectamente todo nuestro sentir....sólo nos queda decir: ¡gracias amigos por cada detalle e instantes compartidos....hasta la próxima!

A hombros de los gigantes.

Decía el filósofo francés Bernardo de Chartres allá por el siglo XII que los enanos subidos a los hombros de los gigantes pueden divisar un panorama mucho más extenso. Esta idea, utilizada posteriormente por eruditos de todas las épocas (Robert Burton, Isaac Newton, Friedich Nietzsche, Umberto Eco, etc.), hace referencia a la importancia de emplear ciertos conocimientos ya adquiridos como punto de partida para profundizar en cualquier área de estudio. Y es de este modo, siguiendo la estela de quienes nos precedieron, confiando en su trabajo y aprovechándonos de su generosidad, como podremos apoyarnos en cimientos sólidos que nos permitan crecer y evolucionar, es decir, mirar más allá.

Dentro del Método DeRose hay un gran número de esos gigantes sobre los que asentarse con firmeza. Entonces, ¿por qué no preguntarles a ellos acerca de su experiencia? ¿Por qué no acercarse a quienes llevan más tiempo vivenciando esta filosofía y aceptar sus sugerencias como regalos? ¿Por qué no dejarse influir por lo mucho que tienen para compartir los más veteranos de esta Cultura? ¿Qué tal si recurrimos a los que poseen ese valiosísimo patrimonio, qué tal si nos impulsamos sobre su conocimiento y nos subimos a los hombros de su sabiduría?

La suma de capacidades puede actuar como un catalizador de la práctica, una suerte de atajo para acceder a niveles de conciencia más elevados. La aceptación –con humildad y gratitud– de los consejos y opiniones de quienes han dedicado más años a esta filosofía y la asumen e incorporan naturalmente a sus vidas (Maestros, Docentes e Instructores) representa una garantía inmejorable de progreso en todos los ámbitos.

¿A quién no le sirvió un comentario rescatado de un curso para mejorar la ejecución de una técnica? ¿Quién no consiguió extraer mucho más partido de la práctica gracias a un pasaje de un libro? ¿Quién no se sintió fascinado –cautivado, hechizado– por lo que hacemos tras una recomendación de su instructor? Estos pequeños detalles, unas veces transmitidos por quienes nos enseñan y otras descubiertos personalmente gracias a su influencia a medida que adquirimos experiencia, constituyen herramientas insuperables para una evolución más rápida y eficiente dentro del Método DeRose.

Texto original: Josué Barba (fragmento extraído de Ásana, una herramienta para la evolución interior).