Jun 16, 2011

Entrenamiento a través de la óptica shakta


El siguiente artículo escrito por el Instructor Arthur Costi viene aclarar muchas dudas que regularmente nos hacen los alumnos cuando empiezan en el entrenamiento de las técnicas corporales del SwáSthya Yoga en Guatemala. Muchas de estas preguntas tienen relación con el tiempo, disciplina y los sentimientos que se despiertan en la búsqueda de los logros a nivel físico. Esperamos que pueda aportarles mucha información vital para su práctica personal y evolución.


Entrenamiento a través de la óptica shakta

Publicado por la Sede Decana 30/03/2011


Como el SwáSthya es una metodología con raíces en el shaktismo (dakshinacharatántrika), es de vital importancia que realicemos un abordaje matriarcal de nuestra rutina de entrenamiento; para eso, primero tenemos que entender cómo observa el shaktismo el cuerpo y sus funciones.

Para la corriente comportamental shakta, nuestro cuerpo es la principal herramienta para la evolución interior, por lo tanto debe ser desarrollado y utilizado en toda su plenitud y funcionalidad. En lugar de rechazar las funciones orgánicas y renunciar a ellas, como propone la corriente brahmáchárya, vamos a mejorarlas al máximo para, en última instancia, identificarnos con la vida que llena cada célula de nuestro organismo y que impregna todo el cosmos.

Con frecuencia, al iniciar una rutina disciplinada de entrenamiento, acabamos generando una actitud hacia nosotros mismos opuesta a lo que propone Nuestra Cultura. En el afán de conquistar el resultado, y también por inmadurez e inexperiencia, queremos percibir el progreso en el menor tiempo posible. Si no aprendimos a caminar de la noche a la mañana, ¿por qué sería diferente en el ámbito de las técnicas orgánicas? Procuremos pensar en un plazo más largo. Imaginémonos demostrando coreografía a los 50 años o más, ¿qué tipo de entrenamiento es necesario para que el cuerpo se adapte y genere un progreso, sin acarrear lesiones irreversibles a lo largo del tiempo que nos obliguen a interrumpirlo?

Si utilizamos la óptica patriarcal de entrenar hasta quedar exhaustos (muy apreciada en nuestra sociedad actual), ignorando que nuestro organismo es un templo y tratándolo como una mera máquina, forzando y agrediendo el cuerpo para que muestre resultados, no es necesaria mucha lucidez para concluir que ese ritmo será imposible de sostener a lo largo de las décadas. Pero, ¿será posible entonces generar un ritmo de entrenamiento realmente consistente, que exija una actividad considerable y genere un progreso constante sin comprometer las articulaciones y el organismo en general, al punto de lograr hacer una coreografía aún más impresionante incluso en la fase final de la vida? La respuesta es sí, es posible.

¿Y cómo? La clave, como dije antes, es el entrenamiento inteligente. ¿Y cómo definir un entrenamiento inteligente? Para eso vamos a recorrer nuestras raíces matriarcales y ver cómo interpreta el shaktismo la inteligencia a través de la naturaleza.

Intentemos analizar la evolución de los organismos desde su origen en el océano terrestre hace miles de millones de años, cuando sólo seres unicelulares habitaban la gran sopa cósmica que era nuestro gran mar, el lugar de donde todos venimos. A través del proceso de selección natural y adaptación, fuimos evolucionando de seres unicelulares a pluricelulares; con ellos se definió la sexualidad, al generarse sexos opuestos, lo que permitió la profusión genética y posibilitó la transferencia de aprendizaje genético mucho más rápidamente dentro de la especie. Este factor decisivo aceleró aún más el proceso de evolución basado en la adaptación al medio y a las circunstancias. Y así las especies fueron evolucionando, o mejor, adaptándose a su medio a través del tiempo hasta la actualidad, y así continuará indefinidamente.

Bueno, ¿y qué tiene que ver eso con la inteligencia? Respuesta: eso es la inteligencia (que para el shaktismo representa la energía de la creación, Shaktí). No precisamos pensar y comandar el cuerpo para sintetizar más proteínas y construir más tejidos; el cuerpo sabe cómo realizar eso, lo aprendió a lo largo de millones de años de adaptaciones al medio vigente. Y será esa inteligencia la que le permitirá adaptarse a las circunstancias que le proponemos, en nuestro caso específico el entrenamiento para coreografía. Muy bien, entonces, ¿basta con exigirle para que el cuerpo se adapte a las circunstancias que se le imponen?

Ya casi llegamos, ahora vamos a analizar otro factor que será determinante para entender mejor cómo funciona esa inteligencia y cómo utilizarla a nuestro favor.

Sabemos que en el cosmos los recursos son limitados, por lo tanto incluso una estrella de colosal tamaño algún día agotará sus recursos (helio e hidrógeno) y morirá tornándose una supernova, una enana blanca o hasta un agujero negro, dependiendo de su masa y fuerza gravitacional. Si los recursos son limitados, necesitamos saber cómo utilizarlos sin sobrepasar la capacidad particular de cada organismo.

Observemos ahora cómo nuestro cuerpo se comporta bajo las mismas reglas que rigen a las estrellas, ya que para el shaktismo el cuerpo es una copia exacta del universo. Tejidos, músculos, articulaciones y todo el sistema biológico están perfectamente adaptados para la actual supervivencia. A través de las técnicas del SwáSthya Yôga, ampliaremos la capacidad de almacenar y generar energía en el organismo, pero aun así, esa energía será limitada en el ámbito físico. Al iniciar el entrenamiento se genera una demanda biológica, una mayor necesidad de oxigenación celular, aumento de flexibilidad articular, aumento de fuerza isométrica, ampliación de la percepción corporal y mucho más. Ante esa demanda, nuestro cuerpo compensará procurando adaptarse al nuevo paradigma, que es lo que hace la naturaleza.

Es un sistema que se autocorrige de acuerdo con las leyes de oferta y demanda, las mismas que rigen la economía. Es interesante notar esto, pues a pesar de todos los cambios que hemos hecho en nuestro medio, aún somos hijos de la naturaleza, y por eso es natural que reflejemos su comportamiento en algunos aspectos (¡espero por nuestro propio bien que pronto podamos reflejar más aspectos de la naturaleza!). Entonces, la demanda seguida de la respuesta del cuerpo para adaptarse, crea un ciclo que construirá los resultados que deseamos sin agresión y sin comprometer el futuro, siempre que esa demanda respete el ritmo biológico del cuerpo.

Recordemos que los recursos no son ilimitados, por lo tanto hay que generar una demanda suficientemente grande para imponer una aceleración, pero sin que supere el límite (límite éste que se ampliará mucho más con el entrenamiento), pues de lo contrario se producirá una lesión y el colapso del sistema lo obligará a detenerse y comprometer el ritmo de entrenamiento, incluso a renunciar a la carrera de demostrador si se trata de algo irreversible. Entonces, ante la duda, opte por la moderación, aprenda a escuchar y principalmente a sentir su organismo, que le dirá claramente si usted está abusando o si logra adaptarse fácilmente al nuevo paradigma orgánico.

Eso no significa evitar el dolor y la incomodidad, sino sentir, percibir si ese dolor se debe al esfuerzo natural de haber sacado el cuerpo de la inercia, o a una agresión al organismo. Durante el entrenamiento debemos exigirnos bastante y esforzarnos para superarnos, y esto a veces requiere una cierta dosis de abnegación y entrega al proceso de construcción de una nueva realidad orgánica. Puede generarse alguna incomodidad para el organismo al principio, pero lo ideal es que después de dos semanas el entrenamiento sea metabolizable al punto que se sienta muy poco o nada el día después de entrenar.

Concluyendo, entonces, no se trata de actuar como si el cuerpo fuera una máquina que después de x cantidad de horas de entrenamiento generará el resultado esperado sin ningún inconveniente; en realidad, eso ocurrirá sólo si sentimos y encaramos el cuerpo como lo que realmente es: una expresión de la vida en sus más variadas formas. Si respetamos el ritmo biológico, la inteligencia corporal hará el resto para generar el resultado deseado. Por encima de todo, se trata de una actitud ante uno mismo: al identificarnos con la vida de nuestro organismo (objetivo último del shaktismo) asimilamos sus tiempos y naturalmente vamos adecuando el entrenamiento a ese ritmo biológico. La conciencia, aliada a las técnicas, nos conducirá a aprovechar el potencial del cuerpo en su totalidad.

Arthur Costi.

Jun 13, 2011

ALU GAURANGA - Papas gratinadas





Ingredientes: 10 papas medianas – ½ cucharadita de asafétida – 3 cucharaditas de pimienta negra molida – 3 cucharadas de hojas frescas de cilantro, picadas – 3 cucharadas de cilantro molido – 1 pote de crema de leche – 1 cucharadita de cúrcuma – 10g de manteca – ½ kg de muzzarella – 4 cucharadas de queso rallado.


Preparación: Lavar y pelar las papas en rodajas finas. Poner en una cacerola previamente untada con manteca, la tercera parte de las papas cortadas. Espolvorear esta capa con la tercera parte de las especias, colocando último el cilantro fresco y molido. Cubrir con rodajas de muzzarella y verter un tercio de la crema de leche.


Luego, distribuir otra capa de rodajas de papas y los ingredientes en la misma forma anterior. Otra capa más, y así sucesivamente, hasta agotar las rodajas de papas. Finalmente, espolvorear la última capa con el queso rallado.


Cubrir la cacerola con un papel aluminio, bien ajustado en los bordes; poner en el horno bien caliente y mantener a fuego máximo durante cuarenta y cinco minutos. Unos diez minutos antes de finalizar la cocción, retirar el papel y dejar así para que se dore.
Acompañar con verduras crudas y algunos chappati.
( receta extraída del libro “La dieta del Yôga” de Edgardo Caramella).