Sep 4, 2009

La Duración subjetiva del tiempo

Por Prof. Yael Barcesat
Directora de la Sede Decana del Método DeRose en Argentina
www.yaelbarcesat.com

clock

Foto: Jeremy-G

Es inútil pretender que el tiempo tiene una duración uniforme, sostenida, independiente de la lente a través de la cual se lo observe transcurrir. Por un lado, está la dilatada extensión de los minutos posteriores a la primera alarma del despertador, instantes ricos en descubrimientos tan preciosos como fugaces. Por otro, la ligereza aprensiva de los últimos momentos de un encuentro con la persona amada, que parecieran correr ansiosamente hacia otro lejano destino.

Durante la realización de cualquier tarea, la duración del segundo es susceptible de modificarse. Así como existe un tiempo objetivo, cósmico, regido por la rotación de los astros, hay un tiempo subjetivo, corporal, cuyo reloj es la respiración. Es posible que a eso se refiera el antiguo dictado hindú según el cual el ser humano nace con una cantidad preestablecida de respiraciones y la extensión de su vida depende de cuán rápida o lentamente las “use”.

El tiempo subjetivo se dilata o contrae según se esté emocionado, reflexivo, físicamente activo, contemplativo o durmiendo. El estado de conciencia altera nuestra percepción de la dimensión temporal. Un estado en el cual el tiempo tiende a expandirse es el de contemplación, también llamado intuición lineal. El Método DeRose utiliza técnicas que conducen a ese estado de expansión de la conciencia, en el cual se consigue extender la fugaz chispa de la intuición por más de un segundo.

Para quien está disperso, es habitual sentir que los días pasan al galope. Al no haber conciencia de las experiencias, éstas parecen pasar rápidamente y no producir un impacto profundo. Cuando uno está enfocado en cualquier tarea, el instante tiende a expandirse, al punto de dar la sensación de que se tiene pleno control sobre cada ínfimo segundo; se dispone de más tiempo incluso para cambiar el curso de los acontecimientos sobre la marcha, si fuera necesario.

Ocurre también un fenómeno de expansión de la conciencia: a medida que se adquiere más concentración en una tarea puntual, se percibe con más nitidez el telón de fondo que acompaña ese acto. Se aprecia lo que está ocurriendo simultáneamente, las personas que participan, los objetos que están en el ambiente, las relaciones entre todos esos elementos… con una nitidez que, lejos de competir con la tarea principal, alimenta el poder de foco en la misma.

“La intuición común es como el flash de una cámara fotográfica, sólo que no tiene dimensión en términos de tiempo. Llamamos a ese fenómeno intuición lineal cuando conseguimos mantener la intuición fluyendo voluntariamente por un segundo entero, o más.” DeRose, Tratado de Yôga.

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