Jan 20, 2010

Karma


Cortesía de Flirkr - Foto de Jorge Schickendanz

El concepto hindú al respecto de karma es bien diferente del concepto  occidental, divulgado por los grupos espiritistas y espiritualistas. Con  la influencia judeocristiana, rica en nociones de culpa y pecado, el  karma para los occidentales tiene la configuración de algo forzosamente malo, que se debe pagar con sufrimiento. 


Para el hinduismo, karma es sólo una ley de causa y efecto, del género  “escupió para arriba, va a recibir una escupida en el rostro”. La pura  ley del karma es simplemente mecánica y no espiritual. Ni siquiera  moral. No depende de fundamentación reencarnacionista o incluso  teísta. Se refiere a un mecanismo de la propia naturaleza. Una especie  de energía potencial muy distante del fatalismo que le atribuimos.  

Para ejemplificar la flexibilidad de ese concepto en la India, podemos  citar una parábola que compara el karma con un arquero con sus  flechas. El karma tendría tres etapas: la primera, equiparable al  momento en que el arquero tiene su arco en reposo y las flechas  descansan en el carcaj; la segunda, en que coloca una flecha en el  arco, tensa y apunta a un objetivo; y la tercera, en la cual suelta la  flecha. 

De acuerdo con esa comparación, tanto en la primera etapa como en la  segunda, el arquero tiene control absoluto sobre el karma, pudiendo,  inclusive, en el último instante, dirigir su flecha hacia otro objetivo,  tensar más o menos el arco para imprimir mayor o menor potencia a la  flecha, o incluso desistir de tirar. Eso corresponde a un dominio de  dos tercios del karma, lo que es bastante razonable comparado con nuestro concepto de destino inflexible y sobre el cual no podemos  actuar. 

Yôga Avanzado, DeRose
Para más información lea el capítulo 
"Karma" pag. 527 del mismo autor

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