Oct 17, 2012

¿Qué es el ÔM?


El ÔM es el símbolo universal del Yôga, para todo el mundo, todas las épocas y todas las ramas de Yôga. Pero cada escuela adopta un trazado particular que pasa a ser su emblema. Unos son más correctos, otros menos; unos más elegantes, otros no tanto; y algunos son iniciáticos, otros, profanos. Esto lo puede percibir un iniciado por la simple observación de la caligrafía adoptada, o bien prestando atención en el momento en que el símbolo es trazado.

Aquel dibujo semejante al número 30 que aparece en casi todos los libros y entidades de Yôga, es una sílaba constituida por tres letras: A, U y M (fonema AU + M). Se pronuncia ÔM. Un error común a los que no conocen Yôga es el de pronunciar las tres letras: “AUM”. Trazado en caracteres, es un yantra. Pronunciado, es un mantra. Hay innumerables maneras de pronunciarlo para obtener diferentes resultados físicos, energéticos, emocionales y otros.

Los caracteres usados para trazar el Ômkára parecen pertenecer a un alfabeto todavía más antiguo que el dêvanágarí, utilizado para escribir el idioma sánscrito. Consultando un diccionario o gramática de sánscrito, podemos notar que el alfabeto dêvanágarí es predominante-mente rectilíneo y que el propio ÔM en aquel alfabeto se escribe según esa tendencia. Pero saliendo del dominio de la gramática y de la ortografía hacia el de la filosofía, sólo encontramos el ÔM escrito de otra manera, con caracteres exclusivamente curvilíneos, lo que demuestra su identidad totalmente distinta. Eso también puede notarse en nuestra medalla, que posee algunas inscripciones en sánscrito alrededor del ÔM.

ÔM no tiene traducción. Con todo, los hindúes lo consideran como el propio nombre del Absoluto, su cuerpo sonoro, debido a su antigüedad y al amplio espectro de efectos recogidos por quien lo vocaliza de manera exacta, o lo visualiza con un trazado correcto.
 
En las escrituras de la India antigua el ÔM es considerado como el más poderoso de todos los mantras. Los otros son considerados aspectos del ÔM y el ÔM es la matriz de los demás mantras. Se lo denomina mátriká mantra, o sonido matriz.

El ÔM es también el bíja mantra del ájña chakra, es decir, el sonido simiente que desarrolla el centro de fuerza situado entre las cejas, responsable de la meditación, intuición, inteligencia, premonición e hiperestesia del pensamiento. Por eso, es el mantra que produce mejores resultados para las prácticas de dhyána y samyama, como así también despierta un buen número de siddhis.

Siendo el mantra más completo y equilibrado, su vocalización no presenta ningún peligro ni contraindicación. Es estimulante y al mismo tiempo aquietante, pues consiste en una vibración sáttwica15, que contiene en sí tamas y rajas sublimados.

Cuando está trazado en caracteres antiguos, se torna un símbolo gráfico denominado yantra. La especialidad que estudia la ciencia de trazar los símbolos se denomina Yantra Yôga. El ÔM puede ser trazado de diversas formas. Cada manera de trazarlo encierra determinada clase de efectos y de características o tendencias filosóficas.

Cada línea de Yôga adopta un trazado típico de ÔM que tenga que ver con sus objetivos, el cual pasa a constituir su símbolo. Por esa razón, no se debe utilizar el trazado adoptado por otra Escuela, por una cuestión de ética y también para evitar choque de egrégoras.

Si usted practica Swásthya Yôga y se identifica con lo que exponemos en este libro, sin duda es de los nuestros. Eso lo autoriza a utilizar nuestro trazado del ÔM para concentrarse y meditar, así como a llevar nuestra medalla. Sólo no puede usar el ÔM antes de la firma, como hacen los graduados e instructores, hasta tanto no aprenda la forma correcta de trazarlo y obtenga la autorización de su Maestro para incorporarlo de esa manera a su nombre.

Nadie puede negar que el ÔM es un símbolo muy poderoso. Es fuerte por su trazado yántrico en sí, por su antigüedad, sus miles de años de impregnación en el inconciente colectivo, por los billones de hindúes que lo han usado y venerado, generación tras generación durante decenas de siglos, desde mucho antes de Cristo, antes de Buddha, antes de que existiera la civilización europea, ¡y durante todo ese tiempo, toda esa gente fortaleció la egrégora del ÔM!

Evidentemente, llevando un símbolo así, establecemos sintonía con una corriente de fuerza, poder y energía que es una de las mayores, más antiguas y más poderosas de la Tierra. Por eso, mucha gente asocia con la idea de protección el uso de una medalla con el símbolo del ÔM. Aunque tengamos que reconocer cierta clase de beneficios de ese orden, creemos que ése no debe ser el motivo para llevar la medalla, pues actuando así podríamos desviarnos hacia el misticismo, contra el cual nuestro linaje de Yôga (Niríshwarasámkhya) es taxativo. Se la debe usar de manera descontraída y si nos da placer; si estamos identificados con lo que significa y con el linaje que representa. No por superstición ni para obtener beneficios.
Texto extraído del libro Yôga Avanzado, de DeRose.

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