Nov 6, 2009

Crónicas de viajes: Guatemala.

  
El jueves 22 de este mes, el Instructor Pedro Estela, la Profesora Yael Barcesat y yo emprendimos el viaje a Guatemala, para participar de la primera Expo Yôga Guatemala 2009, evento organizado para promocionar las diferentes corrientes y métodos que se enseñan y practican en ese país. El viaje se extendió por unas nueve horas aproximadamente, incluida una rápida escala y cambio de avión en Panamá, país que nos recibió con un tórrido y húmedo abrazo, a pesar del esfuerzo que realizaban los acondicionadores de aire del aeropuerto Tocumen para evitarlo. Al ir descendiendo sobre Guatemala, comenzamos a apreciar la belleza de un paisaje lleno de vegetación, con la ciudad capital ubicada al pie de volcanes, cuyas cumbres se escondían entre algodonosas nubes. Observaba esa postal de naturaleza viva y pensaba en la civilización maya. Imaginaba a los habitantes de aquella cultura viviendo libres en el vergel que aparecía ante mis ojos, antes de la cruenta invasión llevada a cabo por Hernán Cortés y sus ambiciosas tropas, guiados por la codicia y el fanatismo religioso. Todo Guatemala está impregnado de la cultura maya. Lo vemos en las ruinas de sus templos, en las vasijas, en las telas y en el tipo físico de sus moradores. Fue una civilización sobre la que aún existen muchos misterios por develar. Los historiadores afirman que se tiene poca información sobre los fundadores y primeros integrantes de esa imponente cultura. En la actualidad, evidenciando que la historia la escriben los vencedores, se encuentran más testimonios de la presencia española, con sus iglesias, conventos, plazas, fuentes y construcciones coloniales. Debo reconocer que son hermosos lugares para visitar, pero no puedo dejar de sentir tristeza al comprobar la destrucción de una cultura por otra. ¿Qué habría sido de aquellos pueblos si hubieran podido seguir evolucionando sin el sometimiento y la violencia que produjo sobre ellos el invasor? No lo sabemos, pero seguramente el proceso habría sido diferente y tendríamos hoy la posibilidad de acceder a un conocimiento que está casi perdido, en la oscura noche de los tiempos. 

El toque de las ruedas del avión sobre la pista me indica que hemos aterrizado y me sitúa en la realidad temporal. Cumplidos los trámites migratorios y aduaneros, somos recibidos con cariño y hermosas flores por Maye, Carlos y Juanjo, todos integrantes del grupo de practicantes del Método DeRose en Guatemala. Nos hospedamos en el Hotel Tikal, en una suite muy cómoda, desde la cual podíamos observar el valle que ocupa la capital y los volcanes que la rodean. 

Esa misma noche comenzaron las actividades en la sede que poseen Carlos y Maye, donde se organizó un sat sanga (reunión en buena compañía con mantras, charla, comidas sabrosas) y la participación de un grupo de sus alumnos. Al día siguiente continuaron las actividades con prácticas a cargo del Instructor Pedro, cursos de coreografía dictados por la Profesora Yael y conferencias a mi cargo. Desde el primer día, el entusiasmo de los participantes fue incrementándose y las devoluciones de afecto fueron constantes. El domingo se alternaron las conferencias y los cursos entre la sede de Carlos y Maye con el Museo Miraflores, punto principal de la Expo Yôga. 

Como experiencia, nos permitió comprobar el buen trabajo que están realizando nuestros representantes en Guatemala y el concepto generalizado de profesionalismo y seriedad que existe sobre el Método DeRose en América Central. Esto se percibe al trabar contacto con instructores de otras líneas y países de la región. Entre las actividades, pudimos realizar algunas escapadas “turísticas” para conocer barrios históricos de la ciudad, que están muy bien conservados y que recomiendo visitar a los viajeros que se aproximen a la linda Guatemala. No dejen de conocer la llamada Ciudad Antigua, con sus plazas y restaurantes llenos de flores y romanticismo. Finalmente, con los sentidos cargados de imágenes, aromas, cariño y regalos, regresamos a Buenos Aires, con el deseo de volver pronto a ese hermoso país, donde mucha gente está interesada en aprender el Método DeRose.    

Edgardo Caramella Maestro del Método DeRose 
Presidente de la Federación de Yôga de Buenos Aires (FIPPYBA) 
Coordinador del Colegiado de Presidentes de Federaciones

3 comments:

  1. Gracias por el relato, me encantó y fue asi tal cual lo cuenta Ed.
    Gracias a la egrégora Chapina!!!!!

    Pedro Estela

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  2. Que bonito!!
    Ahora yo también quiero ir a Guatemala!!!!
    Mayeeeeeeeeeeee!!!
    Quiero comida centroamericana!!!
    Saludos a todos!!

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  3. Aunque en cuerpo no pude estar con Uds., si lo estuve en alma. Me encontré con el Método DeRose, el SwáSthya Yôga, gracias a Maye y Carlos y le/es sigo con mucha ilusión. Los avatares de la vida me llevaron a Guatemala y me devolvieron a España de nuevo por distintas circustancias, pero gracias por participarnos su experiencia en esa bella tierra guatemalteca llena de bellos y grandes corazones. Vuestro relato ha hecho que sin haber estado sienta que al menos pasé por allá.

    Con cariño desde Madrid,
    Javier Madrigal
    SwáSthya!

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